Los niños y la guitarra



Las Ventajas de Recibir Clases de Música: Un Universo de Aprendizaje

Cuando los niños reciben clases de algún instrumento musical, aprenden mucho más que a tocar un instrumento. Hay muchos otros beneficios en la música.

Los padres encuentran que las clases de guitarra (o cualquier otro instrumento musical), no sólo mejoran en sus hijos la memoria y habilidades motoras finas, sino que contribuyen fuertemente en la construcción de su autoestima. Esto a su vez, ayuda a los niños a tener éxito no sólo en la música, sino en el colegio y otras actividades externas. Es un hecho que los niños que reciben clases de música son menos proclives al fracaso escolar.

Tanto los niños como sus padres encuentran muy gratificante cuando el niño alcanza una meta pre-establecida, ya sea aprender una nueva canción, tocar frente a un público o simplemente encontrar diversión en un instrumento.

Para muchos, las clases son los primeros pasos para una carrera en música. Para otros, las clases son una forma de expresar emoción o de impresionar a otros con sus nuevos talentos en algún cumpleaños, boda o evento especial.

Bien puede decirse que cualquier disciplina que se emprenda con seriedad, contribuye a la formación como seres humanos. La música es, sin duda, una de ellas.

Elegir las clases de guitarra para niños

A la hora de decidirnos por apuntar, inscribir o matricular a nuestro hijo en clases de guitarra, nos surge la duda de qué método será mejor... ¿lo apunto en una academia?, ¿lo matriculo en el conservatorio?, ¿contrato un profesor particular?. Cualquier opción será muy válida siempre que encaje con las necesidades del niño y, sobre todo, con los deseos de este.

No olvidemos que cualquier niño o niña va a mostrar entusiasmo ante la propuesta de apuntarlo a unas clases de guitarra. Ellos piensan que en pocos días y casi sin esfuerzo estarán tocando con soltura lo que se propongan, formaran un grupo con sus colegas, y serán la envidia del resto de compañeros de clase. Pero sabemos que esto no es exactamente así. Se requiere una constancia y un tiempo que dedicar con el que no contaban, y esto les puede llevar al abandono. Así que tenemos que tener cuidado cómo les trasmitimos el concepto de tocar la guitarra.

Si estamos ante un niño o niña al que vemos destacadas cualidades musicales, es decir, un buen oído para la música, siempre está cantando, imitando con gestos como si tocara una guitarra y siguiendo con atención en la tele a los guitarristas, pues entonces está claro que estamos ante "un diamante en bruto". La mejor opción en estos casos es el conservatorio, es el camino con más nivel, con profesores muy preparados y el inicio de lo que podría ser una carrera profesional.
Pero... OJO!, el conservatorio sigue un serio programa, requiere una gran disciplina y anteponen el lenguaje musical (un tanto árido para niños y mayores) como herramienta indispensable para la ejecución de cualquier instrumento. Esto supone, como ya he dicho, un trabajo y una dedicación que no muchos llevan bien, llegando a caer en el aburrimiento, la desidia o, lo que es peor, el total rechazo a seguir con la música.

Por ello, en ocasiones es mejor decantarse por una academia que de los primeros pasos en grupo, que haga que los niños se diviertan con la guitarra sin pretender un elevado nivel de conocimento en poco tiempo. O bien, recurrir a un profesor particular que los prepare, los entusiasme y los encamine hacia un segundo paso que bien podría ser el conservatorio.

En definitiva, somos conocedores mejor que nadie, de las capacidades de nuestros hijos y, atendiendo a lo dicho, sabremos tomar la decisión más apropiada. 

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